Ella, destrozada por viejos
amores, con miedos, inseguridades y monstruos bajo su cama, se guardaba en un
infierno esperando ser rescatada.
Él, con una daga clavada en el
pecho, tirado en una trinchera, esperaba ser rescatado.
Esperando se encontraron, aunque
sin saberlo estaban cerca, esperando se enamoraron, los dos con un alma terca,
Un puente de miradas,
un cruce de sombras,
de personas inesperadas
de dolores y secretos.
Aunque con temores por volver a
ser heridos, ambos cruzaron sus sonrisas, ahora son vencedores que vencidos,
aprendieron a querer de verdad,
El puente de las sombras,
Ahora es una plataforma de amor,
El puente de las sombras,
ahora es un espectador.
“Por miedo a volver a ser heridos
en el juego del amor, dejamos de jugar, pero si nos armásemos de valor para
cruzar un puente de sombras, encontraremos la recompensa que esperamos.”
Autoría: Richard W. Benavides R.
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